Marta Aguilar
Te ayudo a conseguir una mejor versión de ti, con una plataforma llena de actividades, recetas, formaciones, guía y asesoramiento Gratuito.
Marta Aguilar
Mi Historia Personal
¡Hola! ¿qué tal?
Llegaste hasta aquí, bien, pues quiero darte la bienvenida, antes de contarte un poco quién soy.
Sé bienvenido/a a este pequeño gran espacio, dónde voy a procurar que te sientas cómodo/a, aprendas mucho y gracias a ello, puedas plantearte cambiar tu vida, si así lo eliges. Ser una mejor versión de ti, es la mejor de las opciones. Por lo menos para mí está siendo así. Comenzamos.
Me llamo Marta Aguilar, y tengo 43 años, nací en Abril del 1977, en Barcelona, provincia de Cataluña, España.
Siempre me he considerado una persona bastante profunda, emocional, llena de ganas de aprender, eso sí, de forma autodidacta, pero un tanto perezosa para estudiar. Así que no tengo carrera universitaria, ni tengo cursado estudios superiores. Aunque desde pequeña sabía que quería ser Maestra, esa era la palabra que se me venía a la cabeza, Maestra. Y sí, en parte lo he conseguido. (sonrisas)
Tengo 5 hijos, y vivo en Ucero, Soria con 3 de ellos, junto con mi marido, Miguel Ángel. Mis mayores, Rocío y Marta se quedaron en Cataluña, y aunque eso supuso un fuerte dolor para mí, a nivel emocional y mental, que pudo verse reflejado en mi cuerpo y en mi salud, comprendí que no podía obligarlas a venirse con nosotros y allí se quedaron, caminando sus propias vidas y experiencias, consiguiendo sus propios triunfos. De mi mano aún en la distancia. Y yo orgullosa de ello y de ellas.
Dennís, Ángel y Alma, tienen edad escolar y viven felices en este pueblecito, Ucero, entre naturaleza y sin peligros como puede tener el vivir en una ciudad.
Como os cuento, la separación con mis hijas no fue fácil, y comenzó en el embarazo de Ángel. Íbamos y veníamos de Cataluña a Soria, fué todo de forma progresiva hasta que el pequeño nació en Tarragona y una vez nacido, nos mudamos definitivamente a Ucero. Entre las circunstancias del momento a nivel emocional, la ansiedad y el comer a todas horas, unido a que en los últimos meses los médicos, me aconsejaron reposo, el aumento de peso fue muy considerable.
Al poco tiempo volví a quedarme embarazada de Alma. Ángel apenas comenzaba a caminar cuando embaracé, y si su gestación había sido regular, la de Alma fue peor, en la cual tuve azúcar gestacional, teniendo que pincharme insulina, tres veces al día, con subidas y bajadas y un plan estricto de alimentación, reposando, sin poder caminar por el peso, entrando así en una dinámica fatal.
Cuando Alma nació me quedé en 94 Kg, siendo nacida por cesaría, como ninguno de mis hijos anteriores, la recuperación no fue del todo mala, pero podía haber sido mejor. Ese nacimiento y experiencia la recuerdo, junto con el nacimiento de mi Dennís, como lo peor de mi vida, menos mal que cuando logras tenerlos en los brazos, todo tiende a desaparecer.
Pasó el tiempo, y me encontraba fatal, llorona a todas horas, torpe, dolorida y fea. Y aunque tengo un marido maravilloso que me daba ánimos y nunca me rechazaba, yo sí lo hacía. Hasta el punto de no querer ni mirarme al espejo.
Eso se sumaba a que Alma, nació con hipoacusia y el mundo se me venía encima, mi hija tendría que necesitar audífonos, así que todo lo que yo le había cantado, hablado y susurrado, ella no había sido consciente, y quería morirme.
Nos pusimos en manos de profesionales para que a ella no le faltara asistencia y apoyo y nos ayudaran a hacerlo bien como padres.
Eso supuso aún más ansiedad y dolor, aún más desarreglo alimenticio, menos ganas de salir a caminar, menos ganas de todo. Pero sabía que no podía seguir así.
Cuando mi Alma dejó de mamar a los dos años, comencé a buscar ayuda, mi peso estaba en 97 Kg, y necesitaba que alguien me ayudara. Fui a una Nutricionista del pueblo vecino, dónde tengo mi comercio de ropa, y me puse en sus manos. La dieta, recuerdo, que era algo torpe para mí, nada atrayente y poco práctica, así que seguí buscando ayuda. Yo tenía un problema con la cola, no voy a decir marcas, pues no bebía agua, sólo esta bebida, y recuerdo que esta chica, me recetaba un jarabe quema grasa, que era dulce, y eso aún me proporcionaba más ansiedad, así que la adicción a la cola y a lo dulce, para saciar mi amargura, no cesaba.
Fue cuando conocí a mi Asesora, Lidia. Nutricionista también, pero que no me mareó con dietas, si no que me mostró la Nutrición y unos productos alimenticios de 1º calidad para que me ayudaran en la ansiedad, la hidratación y la alimentación con los nutrientes que necesitaba mi cuerpo. ¿¡No tenía que hacer dieta!?
Recuerdo, que solo en el primer mes, bebiendo mi extracto de hierbas, ya controlé 4 Kg. Y así comencé felizmente a perder peso. Y a sentirme cada vez mejor.
Como por arte de magia y rápidamente, desapareció mis dolores de espalda, rodillas, caderas. Dejaba de caérseme el cabello y mi piel comenzaba a tener brillo, mis ojos comenzaban también, a tener luz.
Todo se me abrió. Esa puerta que había atrancada, oscura e infeliz, se abrió de par en par para mostrarme una realidad maravillosa.
Económicamente no andábamos muy bien, y los productos me pesaban bastante, pero Lidia, me habló de la oportunidad de sacármelos más económicos e incluso de hacer de ello mi propio negocio. Pero yo no estaba para otro negocio, ignorante de mí, y sólo accedí a sacarme la licencia de este plan para consumo propio.
Me enamoré de los productos y del plan de Nutrición. Porque ponía a mi disposición un mundo de formación tanto a nivel nutricional, como talleres de cocina online, clases de gimnasia y charlas de los mejores profesionales para ayudarnos a empoderarnos de nosotros mismos y de nuestra vida a todos los niveles. Así que cuando yo vi todo eso, y además gratis, en medio de una pandemia mundial, no me lo podía creer.
Antes de la pandemia, tuve la suerte de haber ido a una cena de presentación de negocio en Burgos con mis patrocinadores, Lidia y su marido Jonathan, que me animaron a que asistiera, y como estaba deseando de desconectar un poco de mi rutina, accedí. Viendo aquella maravilla y aquella puesta en escena, comencé a recomendar el producto y el plan de nutrición a mis allegados, y así fue cómo comencé en este negocio y así es, cómo sigo ayudando a las personas a que ellas también vean esa puerta sea dónde sea, qué quieran llegar. Yo tengo claro que quiero llegar al final. Arriba del todo. Mientras ayudo y me sigo ayudando.
Mi cometido siempre fue ayudar a las personas, y soy consciente de ello, desde pequeña. La Maestra que yo quería ser, sólo tenía que ver, con el mostrarle el camino a las personas que están perdidas, que quieren ser ayudadas, y se dejan.
Me hice Maestra de Reiki hace muchos años, cuando mis hijas mayores eran pequeñas, principalmente por mí, para ayudarme yo, y a mi personalidad del momento, y cambiar un poco el enfoque que estaba teniendo de la vida, y desde ese momento, supe que mi camino era ayudar a todo el que quisiera ser ayudado, como os he referido anteriormente, con Reiki, con mis conocimientos adquiridos y mi propio camino, o con lo que estuviera, o esté en mis manos. Así que aquí estoy, escribiendo estas letras para que te veas o no reflejado/a, sabiendo que querer salir de dónde te encuentras, es sólo cuestión de decisión.
Yo pongo a tu disposición lo mismo que pusieron a la mía, un portal lleno de vida, nutrición y felicidad. Mi guía y asesoramiento, para que consigas tu propósito sea el que sea. Sabemos, sé, mejor dicho, que la nutrición es la base del bienestar, y cuando uno está bien, se siente feliz. Así que es todo, Nutrición Feliz = Vida.
Yo sigo con el propósito, llevo perdidos hasta ahora 23 Kg, y aún me quedan 17, más definición, pero sé que cada día consigo un poco más y sé que esta Nutrición se quedará conmigo para el resto de mi vida.